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jueves, 23 de marzo de 2017

Las mujeres samurai: Nakano Takeko


Buenos días lector:

Hoy vamos a trasladarnos al Lejano Oriente para comentar algo que muchas veces no se es consciente pero existe. Todos hemos oído hablar de los samurai y hemos visto películas impactantes como "El último samurai" con Tom Cruise o los "47 Ronin" con Keanu Reeves. Automáticamente se nos viene a la cabeza la imagen de un hombre guerrero con su famosa katana. Sin embargo, si pensamos en la mujeres, pensamos en sus fieles esposas con sus quimonos haciendo el ritual del té.


Por lo tanto, no estaría mal recordar que si hubieron mujeres samurai, las familias que podían pagar una educación a sus hijas para artes marciales lo hacían. Así que no sólo aprendían letras y tocar instrumentos, algunas se las formaba para luchar y así defender su hogar, familia y clan. El arma para la mujer samurai era la naginata, un asta larga con una hoja curva afilada en su extremo para cortar y darle la ventaja a la mujer de cortar a distancia para que hombres con más fuerza no se les pudiesen acercar. Además, también llevaban dagas para defenderse a corta distancia y, en último término, cortarse la garganta para defender el honor de familia antes que las capturasen.

En la historia japonesa hay guerreras famosas de las que se cuentan sus historias y se las admira por su valor y determinación. Hoy veremos a la última de ellas que se la venera hoy en día y vivió relativamente hace poco (siglo XIX): Nakano Takeko.

Nativa de Edo, región de Aizu, y de familia de élite, fue instruida en artes marciales y letras, demostrando su talento en la lucha, a los 16 años ya era maestra y enseñaba a chicas más jóvenes que ella. Era famosa por su dominio perfecto de la naginata. Takeko se vio envuelta en tiempos turbulantes donde unos clanes deseaban el regreso del emperador, pero el bando que ella pertenecía, defendían el mando del shogun. Poco a poco vio que el enemigo iba conquistando fronteras y cientos de mujeres se suicidaban antes de caer presas por el enemigo. Sin embargo, ella decidió no quitarse la vida, sino formar un ejército de mujeres guerreras que defenderían su tierra hasta la muerte. Con sus dotes de maestra las entrenó y se presentaron ante los guerreros varones para prestar sus servicios. Siendo rechazadas al principio, Takeko insistió y prometió quitarse la vida si no la dejaron luchar, finalmente los varones accedieron y Takeko dirigió a las mujeres en la batalla de Aizu (poco habitual porque el papel de la mujeres guerrera era más bien defender la ciudad). Tal fue la eficacia inesperada de estas mujeres en la batalla que el enemigo se vio apurado tras al principio no tomarlas en serio y fuero directos a matar a Takeko de un disparo en el pecho.

Takeko, negándose a servir de trofeo, pide a su hermana Yuko(la cual había entrenado) que le corte la cabeza (según el ritual del seppeku), unos dicen que su hermana se la corta finalmente y otros, su maestro. Su hermana se llevó la cabeza para que fuera dignamente enterrada y hoy en día se puede ver un monumento donde fue enterrada: en el templo Hokaiji, al lado de un árbol.

Atentamente,                                                                                                   
Elena Rojas                     
                                                                 

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